Francisco Segarra en Colombia de la mano de La Revolución Industrial

La atracción por la estética vintage llega a América del Sur de la mano de La Revolución Industrial, partner de Francisco Segarra en Colombia.

Claudia Correa y Francisco Agudelo; apasionados del diseño y la decoración, tras una fructífera trayectoria al frente de una plataforma creativa enfocada en promover y posicionar tanto diseños propios como proyectos de diseñadores independientes, favoreciendo la creación de espacios auténticos y con personalidad; se embarcan en una nueva aventura empresarial.

La Revolución Industrial, compañía emplazada en Medellín, comercializa desde 2013 piezas de nuestra firma de mobiliario y decoración profesional. Asidua a las más prestigiosas ferias de diseño, desarrolla su actividad comercial en paralelo a la de Francisco Segarra, contribuyendo en el equipamiento de locales de ocio como cafeterías y restaurantes, constatando que existe un mercado para la decoración vintage en ascenso en Colombia.

Prueba de ello; Burdo y Alambique.

Proyectos de interiorismo para hostelería con identidad propia en Colombia.

Alambique. Proyecto interiorismo con mobilairio FS en Colombia.Alambique. Cocina, laboratorio y bar.

“Alambique es un espacio pensado desde la calidez de la madera y la frescura de la naturaleza. Es intentar tomar estos elementos y plasmar su esencia en medio de un ajetreado centro urbano, quitarle la monotonía al gris del cemento, echo en un 90% con material reciclado, cada elemento cuenta una historia y gracias a todo esto se logra que Alambique sea un oasis en la selva de cemento.”

El éxito de un proyecto de interiorismo poco ostentoso.

Su inexistente decoración ostentosa es lo que más gusta a las parejas o grupos de amigos que acuden atraídos por la programación de clásicos del rock o reggae y que en el municipio de Envigado resulta ser un diferenciador. Su ambiente oscuro, sencillo, alejado de los clichés de los bares rockeros, hacen de este bar de cocteles un sitio único.

Una atrayente decoración bizarra.

Alambique está ubicado en medio de la caótica zona rosa de Medellín, justo al lado de una de las calles más transitadas de la ciudad. Desde afuera solo se puede identificar si miras hacia arriba y te cruzas con el color verde que producen la gran cantidad de plantas que tienen sus balcones.

Sin distintivos en su entrada, una pequeña puerta de dos alas reciclada de una casa vieja, da acceso a  unas escaleras blancas. Al finalizar la nerviosa escalada se abre un gran salón que aumenta la incertidumbre. Es una sala de exposiciones casual para artistas locales, de paredes grises, un viejo piso en baldosas de gres en dos tonos de verde y, nuevamente, lleno de plantas.

Superado el sentimiento de creer que entraste en el lugar equivocado se siente la necesidad de echar un vistazo general para sentir su atmosfera y admirar los detalles de un espacio rústico, lleno de hierro, madera y verde; con cocina a la vista y las estanterías plagadas de los de utensilios necesarios para el trabajo de los chefs y bartenders. Todo su balcón es una barra desde la que admirar los atardeceres de Medellín.

El mobiliario del local es una mezcla de piezas de anticuario, piezas recuperadas o diseñadas por la propiedad como las mesas con jardineras centrales y piezas seleccionadas de la colección de Francisco Segarra comercializada por la firma La Revolución industrial.

La importancia de la tras barra.

La tras barra refleja el espíritu del lugar. Construida con madera reciclada, se extiende hasta adentrarse en el techo, decorada con objetos curiosos, libros, plantas y la selección de licores del bar. Es el telón de fondo de la majestuosa barra construida con una pieza de piñon de oreja, madera fina de la región, complementada por una batería de sillas altas o taburetes Lara de la colección de asientos Francisco Segarra.

La luz tenue y la decoración logran un ambiente supremamente acogedor y perfecto para disfrutar de la novedosa propuesta en coctelería y culinaria de Alambique a base de platos elaborados en procesos lentos y cuidadosos, mucho horno y mucho trópico, con ingredientes de la región; siempre experimentando con nuevas combinaciones y sabores.

Visita el apartado proyectos para visualizar más proyectos como Burdo, donde la propuesta audaz es la estética imperfecta.

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