Un lugar cercano al arte… Pizzart.

El interiorismo es una profesión apasionante, donde a través de las ideas y de los pensamientos hacemos del mundo un lugar más habitable y mágico. El gran reto de todo diseñador de restaurantes es ser capaz, de manera constante, de llevar al límite su ingenio y su creatividad con producciones rompedoras e impactantes.

El interiorismo que nos une…

Encontrar a alguien que nos complemente profesionalmente es algo inestimable cuando hay que extender las alas y volar a lo más alto para lograr algo más eminente y cada vez más difícil.

Adoramos la estética, el arte y las cosas bellas; entendemos el lenguaje de los materiales, de los objetos, de la luz; amamos profundamente nuestra profesión y compartimos la pasión por la decoración vintage e industrial. La interiorista y amiga María Barrero ha sido una colaboradora excepcional en este nuevo desafío.

Cuando el espacio es casi una obra de arte… 100% FS.

Una reinvención constante. Así son los espacios que surgen cuando se tiene una visión del espacio no codificada y una mente abierta.

La personalidad de hombre curioso, inquieto y tenaz de Francisco Segarra es el punto de partida de todas nuestras creaciones. Espacios auténticos, valientes e indisciplinados, inspirados por un gran aventurero y un viajero incansable.

Pizzart… En busca de la “PIZZA PERFECTA”.

La imaginación, las sonrisas, la felicidad… Pizzart es una suma de viajes, experiencias y sueños hasta encontrar la auténtica receta de la pizza perfecta. Un concepto que se aleja de las pizzerías fast food convencionales.

Es un hecho que la gastronomía forma parte de la cultura y de la filosofía de vida. Por tanto, no es ningún disparate que hoy en día, los restaurantes se diseñen como sitios donde vivir una experiencia hedonista y sensorial y donde las emociones no solo se manifiestan a través de la cocina, sino también mediante el espacio.

Un espacio lleno de vida, de memorias, de historias, con una apariencia de intensa actividad. Un lugar que escenifica nuestra pasión y nuestras obsesiones, alejarnos de las tramas comerciales y de las ataduras para crear espacios que causan sensación.

Todo local tiene su espíritu, la propia historia de la edificación o esa emanación sutil que viene de las personas y cosas que lo habitaron. Es algo intangible, etéreo e indefinible, en el alma y en las invisibilidades de Pizzart donde se percibe ese espíritu industrial, esa otra mirada, la del artista que quiere embellecer sus espacios para crear un hábitat diferente.

Siempre nos han cautivado los espacios abandonados a su suerte, donde se siente una increíble carga sensorial y un gozo estético inefable. Las plantas que crecen de forma espontánea en las grietas de los muros, los restos de pintura, las marcas de los azulejos desprendidos de la pared y aquella lámpara de latón que cuelga del techo. Hay algo magnético en ese aire de local abandonado.

La iluminación de las bombillas incandescentes y las lámparas de tubos fluorescentes bañan la sala de una cálida luz color cobre creando una iluminación atmosférica, mediante la regulación se consigue ajustar la intensidad y mantener la magia del local en cada momento concreto.

La barra es la pieza central de la pizzería, uno de los lugares más acogedores para degustar y disfrutar de la preparación. Los barrotes oxidados por la acción del sol y las tormentas de una vieja balconada son de una extraordinaria riqueza visual, los elementos arquitectónicos de época son una pasión más. Nos gusta recuperarlos y exhibirlos tal y como fueron hallados, preservando esa belleza que solo el curso natural del tiempo aporta.

El juego de texturas que nos brinda la escalera a través del azulejo derruido hace que rompamos el patrón utilizado en el salón y que el hierro nos conduzca a la planta inferior donde el metal tiene más protagonismo.

El salón privado pone el toque canalla, un lugar “viejo” con sabor a italiano de antaño, concebido como el comedor de una casa y donde el cuero vivido de un gran sofá envuelve la mesa de tertulias. Los apliques antiguos hacen que el ambiente cree una atmósfera íntima y enigmática.

Los muebles antiguos de aires bohemios, las sillas de hierro y las mesas de madera de grano denso evidencian la esencia del proyecto.

FS TEMPLE. ¡Hipnótico, cautivador… Artístico!

La cerámica es un material y un producto clave en interiorismo. Su aspecto artesanal, su trama geométrica, las líneas de trazo irregular y un bello efecto acuarela hacen de este diseño el idóneo para convivir con el cemento y hacernos dudar de si pisamos un suelo renovado o uno antiguo.

Bajo la hipnótica luz del neón surge un mundo variopinto, la grandeza del diseño interior, la capacidad para inventar o transformar los espacios y el arte de proyectar, diseñar y construir.


Diseño restaurante: Pizzart.
Proyecto de interiorismo: Francisco Segarra con la colaboración de María Barrero.
Mobiliario Francisco Segarra, suelo FS TEMPLE de la colección FS by Peronda.