El arte de una escenografía única, con personalidad propia.

La única forma de ser irremplazable es ser diferente. Destacar entre la multitud, que la gente te recuerde y dejar huella. Nos gustan las personas audaces, que viven con autenticidad y que dejan que crezcan sus alas para así alinear sus sueños con sus logros.

Los aspirantes de la cuarta edición de MasterChef Celebrity tienen algo en común, vencieron el miedo para lograr sus sueños. El mundo del deporte, el diseño, la interpretación y la literatura son artes que requieren constancia, resilencia e ilusión.

El arte nace de la libertad y el artista encuentra así una forma de transmitir aquello que desea gritar al mundo. Mediante sus creaciones, logros y méritos deja escapar una parte intangible de su ser, que es lo le hace ser diferente.

Demostrando estar abiertos a nuevas experiencias, los aspirantes que han llegado hasta aquí ya saben que ser el mejor no es suficiente, hay que ser único.

Como si de un artista se tratara, el programa con más éxito de la televisión brilla de manera natural. Cada parte, cada protagonista, cada rincón… MasterChef Celebrity engloba un universo al que se aportan experiencias personales, intensas emociones y las sensaciones de un lugar. Un espacio único, con personalidad propia, que recibió a dos grandes celebrities para acompañarles en su despedida.

Una vez más el arte que desprende la escenografía efímera de Isabel del Arroyo Velasco, recibió a Almudena Cid, cuya disciplina y dulzura le han acompañado a lo largo de su trayectoria.

Su personalidad arrolladora y encantadora a la vez, hizo que Ana Milán concibiera esta despedida como el afianzamiento de una experiencia muy enriquecedora.