La decoración en el negocio gastronómico. Olivando. Un gastrobar diferente.

Al pie del olivo, la jornada es laboriosa y agotadora. A su sombra, arraigan la tradición y la gastronomía. El olivo, la aceituna, el aceite. Herencia cultural y esencia de las tierras mediterráneas. Olivando, un lugar para disfrutar de una vida pacífica, sabrosa y bien aliñada; un gastrobar con asientos de la firma Francisco Segarra.

La tradición como esencia en la decoración de un negocio gastronómico.

El paisaje de los olivos milenarios al pie del cerro. La unión familiar en la recogida de la aceituna. El sabor contenido en unas gotas de aceite. Un negocio gastronómico que nos devuelve los aromas de tierras con un abundante y rico pasado.

«El pollo que quiso ser cazón» o la «Presa ibérica». Platos de una oferta gastronómica basada en la calidad de sus productos y en el producto de temporada.

De los olivares, la calidad virgen extra; de los viñedos, sus caldos selectos. Un servicio desenfadado y un trato cercano, unos factores de diferenciación. La sencillez de la gente del campo, la dureza del trabajo de la tierra, los lustros de cuidados de los olivos; valores que Olivando traslada a su cocina, a su servicio, a sus clientes.

Cuando talento, voluntad y estética van de la mano. Un gastrobar diferente.

El olivo, la aceituna y el aceite, son el hilo conductor de este gastrobar ubicado en Valladolid. Identificarse con esta idea es el mérito de Blakinteriorismo; perseguirla a toda costa, era la meta de los socios y propietarios. Un trabajo mano a mano. Un lugar que recrea nuestro paisaje, nuestra seña de identidad, nuestra gastronomía.

Como no podía ser de otro modo, ornamental y simbólico, el olivo es el protagonista. A sus pies, se halla la zona de ocio más distendida. Un pequeño espacio tan reconfortante como su sombra un día de campo cuando el sol castiga.

Tomar asiento, y disfrutar del atardecer. Una atmósfera cálida. Los rojizos de la arcilla presentes en sus paredes. Unas originales lámparas industriales de luz incandescente. Los tonos cobrizos del cuero curtido… Tomar asiento, es sentir una marca. Una estética que aboga por la tradición y la mirada al pasado. Un gastrobar en concordancia con el ideario de Francisco Segarra.