Cuando parece no quedar nada surgen espacios extraordinarios.

Edificios carismáticos, sorprendentes, bonitos y descuidados. Un patrimonio para rescatar de la desidia. Auténticas joyas de la arquitectura que un día fueron el orgullo del vecindario y que hoy pasan casi inadvertidas para quienes caminan a sus pies.

Algunos de estos edificios emblemáticos conservan elementos artesanales y materiales de época de gran valor ornamental. Ménsulas, artesones, jácenas… Ver esa grandeza que algunos inmuebles aún conservan es una virtud.

Creatividad, talento, ética y cierta sensibilidad. Entrar en estos espacios ignorados y percibir su voz silente es realmente emocionante. Se siente cierta curiosidad por ver que hay detrás de ese portalón de madera noble, al atravesar su umbral lo que vemos no nos decepciona, muros de piedra de altura infinita, losas de barro, rejas con filigranas… Piezas con carácter, personalidad y altas dosis de encanto, hallazgos que merecen ser rescatados y cuidados uno a uno.

Conservar el patrimonio forma parte del éxito al rehabilitar un espacio.

Elementos artesanales que favorecen un diseño increíble.

Junto a los muebles vintage y las antigüedades, hordas de artículos asombrosos rescatados por Francisco Segarra, pieza a pieza. Maravillosos testimonios históricos, con mucho valor ornamental, se agolpan en un showroom que atesora objetos e historias sensacionales.

Elementos damnificados por derribos y demoliciones, que todavía hoy nos acompañan y nos fascinan. Fragmentos de escenarios olvidados, icónicos, admirables, desconcertantes o conmovedores, todos ellos únicos y peculiares.

Del curso natural del tiempo surge un paisaje evocador en los espacios abandonados. La decadencia arquitectónica urbana siempre ha sido una de nuestras fuentes de inspiración. Una rúbrica en nuestros proyectos más relevantes y el sello de nuestras colecciones más audaces y destacables.

Tratar de imaginar lo que esconden las ventanas tapiadas de un inmueble, otrora bello sin duda, y del que ya sólo quedan algunos restos, invita a fantasear. Muebles viejos, libros desperdigados, baldosas caídas, paredes con grietas, humedades, graffittis y el eco de nuestros pasos.

Sólo un referente en estética vintage puede idear colecciones que recrean la belleza de estos espacios donde la luz se ha apagado.

 

Papel pintado para pared.