Interiorismos innovadores que nos resultan familiares…

Conocemos el verdadero valor de un momento cuando éste se convierte en memoria. Nuestros recuerdos son parte de lo que somos y de las decisiones que tomamos.

Eso es precisamente lo que le ocurrió a Frabrice Penot, un parisino al que el recuerdo de su niñez bajo la sombra de una higuera le llevó a dedicarse en cuerpo y alma a la industria de la perfumería. El fresco e intenso olor de los higos le provocaba una sensación de paz y tranquilidad que hoy en día es el claro reflejo de su acertada decisión.

Fabrice Penot y Edouard Roschi, amigos y compañeros de trabajo unidos por una misma pasión, fundaron en 2006 Le Labo Fragances, una marca de perfumes en cuya esencia manda siempre la artesanía y la naturalidad.

Una tienda, un perfume, un interiorismo.

Con más de 50 boutiques por todo el mundo, el interiorismo de las tiendas disfruta de una dosis de Wabi-Sabi y un profundo amor por lo natural. Huye de todo artificio y manda la pureza de la materia prima.

Nueva York, Toronto, Londres, París… cada tienda es motivo de inspiración para crear un perfume exclusivo y su espacio personal, como homenaje y muestra de agradecimiento a cada ciudad.

Desde su primera tienda en el vecindario neoyorkino de Nolita, el interiorismo comercial se nutre de texturas raídas y maravillosas lámparas de bronce; se completa con suelos de hormigón visto o madera envejecida.

Son espacios que celebran la impermanencia de las cosas y la belleza en la imperfección. Lugares donde parece que todo está ahí por casualidad, pero paralelamente tiene un equilibrio, un sentido y una belleza serena.

Las piezas industriales aportan un aire rudo que se contrarresta con la delicadeza e intimidad de un mini laboratorio que es testigo de la magia que tiene lugar allí mismo.

Un lugar tan perfectamente imperfecto.

Tal y como apunta el manifiesto de la firma, sus perfumes y el lugar donde nacen crean un impacto que combina lo nuevo con lo íntimamente familiar. Una sensación de querer saber más…

Paredes desconchadas, vigas de madera, acabados envejecidos… Nos inspiran las formas irregulares y las marcas que el tiempo deja atrás. Nos cautiva la forma en la que cobran protagonismo y se llenan de calidez al convivir con muebles vintage y asientos de piel.

Ante un ambiente que no se deja llevar por las normas, mantener el nivel de sofisticación y elegancia se consigue a través de la perfecta combinación de la paleta de colores y con revestimientos victorianos de rico valor ornamental.

En ese lugar tan perfectamente imperfecto se inicia una nueva manera de contar historias, una nueva forma de crear recuerdos.

© Instagram lelabofragrances