Cuando los objetos comunes se alzan extraordinarios.
Deshacernos de las cosas que nos han sido de gran utilidad no siempre es fácil, las personas somos seres emocionales y construimos una parte de nuestra identidad a través de los objetos que poseemos y que consideramos nuestros.
Ese apego nos lleva a acumular todo tipo de objetos con el paso de los años. Graneros, garajes, almacenes, trasteros… esconden objetos curiosos, insólitos y excepcionales, a veces, auténticas piezas de coleccionismo.
Extravagantes y pintorescos, pero con una enorme carga estética y emocional que los hace únicos.
Objetos vintage de gran valor estético, histórico o de colección. Hallazgos afortunados para componer espacios que se alejan de lo convencional y nos atrapan por su coraje y rebeldía para apostar por una mirada diferente y más auténtica.
Unos objetos olvidados e inconexos, pero que reunidos resultan mágicos y fascinantes, y son la musa de la mente explosiva de diseñadores e interioristas audaces y comprometidos.
Ha Tien Café, Café Naftalin, Café Jozef… son espacios que no decepcionan y alimentan nuestro manifiesto idilio con las antigüedades.