Muebles que conservan lo mejor de su historia.
El tiempo pasa, la vida cambia y todo muta… pero la belleza siempre está, simplemente hay que saber mirarla de frente, porque a veces puede ser descubierta en lo más sutil.
Los muebles desgastados tienen una irracionalidad pragmática que nos atrapa, que nos convence. Es curiosa la forma en que esos objetos nos retrotraen al pasado, pero nos mantienen en el presente.
Los espacios donde tiene cabida una antigüedad son aquellos que se deshacen de prejuicios y que encuentran la belleza en su estado más puro. Espacios que enaltecen las piezas que conservan el espíritu, el corazón y hasta las manos de sus creadores.