¡Vive un verano eterno! La reformulación del tradicional chiringuito playero. Playachica.

En plena Costa del Azahar, en el municipio de Benicassim, el verano dura todo el año… Junto a la playa, encontramos un local concebido por Francisco Segarra como la reformulación del tradicional chiringuito, con una oferta gastronómica digna del mejor restaurante.

Comparte con nosotros la ilusión de un nuevo proyecto y vive el verano eterno de Playachica, un proyecto 100% FS.

El Grupo La Guindilla y Francisco Segarra o la ilusión de ver nacer su tercer proyecto.

Una gastro-tasca, un gin&bar, un bar de tapas, una taberna, una vinería, una bodega, varios restaurantes… El Grupo la Guindilla, con José Romero a la cabeza, se ha convertido en todo un referente de la hostelería en la provincia de Castellón. Este verano, ha sorprendido a todos con un nuevo concepto junto a la playa del Terrers de Benicassim.

Un proyecto gastronómico de gran envergadura, el tercero de Francisco Segarra para el grupo La Guindilla, que cuenta con el reconocido Pedro Salas, chef ejecutivo del restaurante Aqua del Hotel Luz y de la cadena Miss Sushi; acompañado por Iñaki Tobar, Juan Pau y el sumiller Manolo Lliberós.

El diseño de interiores del restaurante, el mobiliario, la iluminación, la decoración… En cada estancia y en cada rincón, se intuye el estilo y la estética vintage de una firma sobresaliente.

Desde el exterior, nos recibe un colosal caballito de mar que presta su imagen al logotipo del restaurante. Frente a la playa de cantos rodados, una amplia pasarela de madera nos ofrece unas vistas al mar inimaginables. Una parada ineludible para dar tregua a la sed y al calor.

Nada más atravesar la puerta, encontramos la coctelería. Inspirada en una cabaña de playa y con cierto aire canalla, nos invita a degustar multitud de brebajes, a descansar plácidamente en sus sillones de mimbre y fibras naturales, o a picotear algo mientras disfrutamos del murmullo del mar.

La vegetación nos sumerge en un entorno con toques tropicales y aporta la frescura y la intimidad necesaria. Entre las plantas, algún mueble antiguo deja entrever sus rasgos más entrañables.

Diseñando un restaurante de alta gastronomía en un entorno irresistible.

A través de jardines verticales, bloques de hormigón y ventiladores de aire colonial, ésta misma vegetación nos conduce hacia el comedor principal. En los laterales, la cervecería, el mercado y la pescadería abren sus barras para ofrecer sus selectos productos.

Al fondo, la cocina vista se convierte en el centro neurálgico del local y nos deja un sabor anticipado de la excelente experiencia gastronómica que está por venir. Arroces, platos a la brasa, sushi… Una carta variada para los paladares más exigentes.

Alrededor de las mesas, un abanico de sillas nos invita a tomar asiento. Ratán, mimbre, madera, metal… ¡Porque con un solo estilo no es suficiente! Y porque mezclando formas y colores, el comedor se vuelve único y auténtico.

Luz cálida y acogedora para noches mágicas y maravillosas.

La atmósfera cambia cuando se pone el sol y cae la noche. Las luces se encienden, los neones en el exterior relucen, invitando a los viandantes a entrar. El azul de sus revestimientos adquiere un matiz especial.

Un ambiente cálido, acogedor y familiar dónde reunir a los amigos y disfrutar de la suave brisa marina. Es en este momento que los techos de cañizo y las superficies retroiluminadas adquieren todo su protagonismo. Risas y disfrute en buena compañía hasta altas horas de la noche.

El diseño más exquisito a dos pasos del mar.  Así es el nuevo diseño del tradicional chiringuito playero. Un restaurante que se fusiona con la arena y el sol, y donde el verano es eterno.


Proyecto de interiorismo: Restaurante Playachica.
Diseño de interiores: Francisco Segarra.
Mobiliario hostelería: Mesas, sillas, iluminación, mobiliario y decoración, Francisco Segarra.