Una colección de Naturaleza inédita y de belleza suprema.

Una alegoría a la vida silvestre. Un canto al poder restaurador de la naturaleza.

Las grandes urbes necesitan espacios que nos conecten con nuestras raíces naturales, con una vida más sencilla y más auténtica. Queremos rememorar las enseñanzas de un pensador indómito y salvaje, de un hombre de vida sencilla, aunque fascinante. Henry David Thoreau fue consecuente con sus ideas y con sus sentimientos. Ajeno a dogmas y límites, es uno de los padres del ecologismo, escritor, poeta y persona con grandes intereses e inquietudes.

En sus escritos la Naturaleza toma la palabra. “Walden”, “Walking”, “The Maine Woods” … Ensayos de una vida solitaria y libre en la naturaleza, para la comprensión de cómo los recursos naturales, sus reglas, sus ritmos, su belleza y su poder reconfortante, son el camino que el hombre nunca debe olvidar.

“Walden” es uno de los textos de no ficción más famosos escritos por un estadounidense, un libro que narra los dos años, dos meses y dos días que Thoreau vivió en una cabaña construida por él mismo, cultivando sus alimentos y anotando sus vivencias. Una experiencia que invita a despojarnos de lo superfluo, ser autosuficientes y renovarnos como hombres en la admiración y el amor por la naturaleza.

Las obras que en su día influenciaron a Martin Luther King y a Gandhi, son ensayos transcendentales que demuestran la importancia de la naturaleza en la humanidad, física, mental y espiritualmente.

Algunos prefieren seguir lo establecido, otros arriesgan para tomar el camino de la revolución y de la evolución. Nuestro discurso creativo comulga con la filosofía de los visionarios, los insumisos y los retadores que hacen del mundo un mundo mejor.

En la naturaleza de nuestra marca subyace ese ser sin límites, de alma libre, que explora con diseños audaces y empuja las fronteras de lo establecido.

Esa belleza suprema de la naturaleza, bocetada entre las páginas arrugadas de un pequeño cuaderno, en los momentos de soledad y junto a un tapiz de amapolas. Ésa, es la verdadera belleza de una colección que nos conecta con nuestras raíces.

Sólo Francisco Segarra podía concebir unos papeles pintados cuya belleza radica en su naturaleza imperfecta.