Wabi-Sabi. El arte que habita en la mente de Francisco Segarra.

Una reflexión profunda. Una puerta de entrada a su mente.

Más allá del sentir humano.

Más allá de la forma vintage.

Crear es soñar imposibles y perseguir fantasías. Obtener algo de la nada, hacer surgir aquello que no tenía presencia. Crear es transmitir belleza y valores. Y con cada creación, llega un nuevo desafío y un encuentro con uno mismo. Las ideas se agolpan; borrosas, incompletas, efímeras, bailan con la intuición e incitan nuestro ímpetu creativo.

Crear es fluir como el agua y percibir el rumor suave del aire. Una emoción que sobrecoge y para la cual no encontramos las palabras.

Con una estética pura, cargada de simbolismo, Francisco Segarra refleja la humanidad y el vinculo que nos conecta con la madre naturaleza. Diseños para sentir en lo más hondo de cada uno.

Hay significado en cada expresión de la vida. Capaz de ser feliz con mucho, con poco, con nada, persiguió océanos azules y encontró su gran vocación.

Anticipándose a los sueños de los demás lo dejó todo para entregarse a un negocio del que nadie había oído hablar y sus creaciones fueron un revulsivo para un sector estancado.

Puro nervio, un espécimen creativo, una personalidad inquieta y cambiante con el curso de las horas, capaz de detenerse a contemplar activamente, a escuchar, a pensar, y a abrir una puerta que arrojará luz y calma.

Ahora la estética vintage y la cultura y belleza wabi-sabi se complementan y potencian mutuamente porque él las une.

De su mente a nuestros sentidos. Llega un diseño de esencia más humana. Imperfecto, mudable e incompleto como la vida.

Materiales inmaculados. Surcos y bordes adentallados. Luces y sombras de una existencia. Belleza y sentido.

Austeridad en los detalles. Silencio y emoción. El retorno a un arte primitivo. La creación de un mundo que va más allá de las formas.

Diseño con valores. Muebles con esencia. Una belleza más natural. El arte que habita en su mente.