Feel Wabi Sabi. Un juego de presencias y ausencias.
Decorar un espacio no es abarrotarlo de cosas, se trata de algo más, se trata de montar un escenario ideal para crear experiencias, donde cada mueble y cada elemento debe estar totalmente justificado.
Resulta fácil volverse invisible en la nebulosa. La filosofía wabi-sabi, defiende que reducir el hábitat a lo esencial nos permite contemplar mejor el momento presente, que seleccionar cuidadosamente los objetos que nos rodean genera un ambiente que verdaderamente nos satisface.
El mobiliario es parte del alma de un espacio, en el ámbito privado o público, en casa, creando un sentimiento de hogar, pero también dando calidez a las salas de espera, a los espacios de trabajo, a los comercios y a los restaurantes donde comemos, charlamos y reímos juntos.
Lo esencial es estar a gusto en un ambiente, que emocione, que inspire buenas sensaciones. La decoración bien podría definirse como un juego de llenos y vacíos. Aquello que podemos ver y tocar, y también lo que no.
Su relación y su armonía definen una ciudad, una habitación, incluso, una vida. Llenos y vacíos tanto físicos como espirituales, quien no ha experimentado alguna vez la sensación de plenitud donde todo parece idílico, o ese hueco imposible de llenar que nos hace sentir perdidos, vacíos por dentro.
Presencias y ausencias, conceptos disímiles que dan sentido a la arquitectura interior, un conjunto ordenado de masas que valoriza los espacios, y con ellos nuestra vida.