La decoración de estilo ornamental y el carácter artesanal se unen en un porcelanico de elegancia supina.
Dicen que el tiempo lo destruye todo de forma irreparable e irreversible, pero el envejecimiento de los materiales por el uso cotidiano o la fuerza de la naturaleza es también carácter, belleza y diseño. La búsqueda incesante de Francisco Segarra por representar esa imperfección de forma genuina, culmina en unos diseños que superan el paso del tiempo.