Más de 600 m2 de exposición de muebles vintage & industrial, en un proyecto de interiorismo realizado por el equipo de interioristas de Francisco Segarra.

 

Un extenso catálogo de mobiliario para interiorismo en instalaciones comerciales, hostelería y oficinas en un espacio que nos transporta a… Coney Island.

 

Una península situada al final del barrio de Brooklyn, en Nueva York; llegaron las clases medias atraídas por la playa, las atracciones de feria y los puestos de comida rápida que se instalaron entonces y que todavía hoy dotan de su particular carácter a este lugar.

 

Tras la Segunda Guerra Mundial comenzó la decadencia del complejo. Las familias tenían mayor poder adquisitivo y vehículos para desplazarse a otros lugares. El ocaso del complejo no hizo que éste dejara de fascinar.

El universo onírico que envuelve a las oficinas de Francisco Segarra gira en torno a este parque de atracciones decadente; un teatrillo de marionetas, un viejo pórtico de entrada, un tio vivo, una rullotte de mercaderes, una noria y una escenografía de una jaula exterior con bestias y vegetación.

 

Una roulotte restaurada; motivos art noveau solapados sobre cuero marrón. Un fascinante acolchado y una escenografía al más puro estilo Tim Burton.

 

Un tio vivo que nos hace volver a la infancia, a la nostalgia… un salto en el tiempo, inspirado en referencias parisinas donde taburetes y sillas hacen las veces de caballitos.

 

Una noria seccionada, de acabado industrial, donde los habitáculos se sustituyen por respaldos de sillas recuperadas. El pórtico de entrada, realizado a base de rejas recuperadas nos da la bienvenida a este mundo de fantasía y nos conduce hacía la jaula; donde conviven cachivaches, vegetación y bestias infames.

El pasillo distribuidor representa la entrada hacia otro concepto absolutamente diferente: FSHOTEL, un salto inesperado nos traslada al pasillo-distribuidor de un elegante hotel; ascensor antiguo, puertas de habitación inspiradas en cajas fuertes, carros maleteros y un baño con un mueble de recepción de hotel  acompañado de señalética en escayola acerca del número de habitaciones.

 

Escayola fragmentada, rejas recuperadas, inscripciones en las paredes y carteles rasgados, ilustraciones sobre pared, pavimento cerámico en damero, piel remachada, viejos rótulos de atracciones… todo envuelto de una paleta cromática seria con  divertidos acentos de color.

 

Sin duda alguna, el recorrido ofrece al espectador un paisaje onírico difícil de describir.

Si desea visitar el showroom de Francisco Segarra no olvide concertar la cita rellenando el cuestionario que encontrará pulsando aquí.