Antigüedades que vuelven a ocupar su lugar.
Las antigüedades tienen cabida en muchos interiorismos. Más tradicionales o más modernos, estos reciben gratamente todo lo que las piezas antiguas son capaces de aportar.
Uno de los estilos que mejor encaja con las antigüedades es el rústico. Su simplicidad y los pequeños detalles que nos hacen sentir en un ambiente hogareño se funden con las experiencias y las historias que hay tras los objetos de antaño.
Si optamos por un estilo rústico moderno, ésa será la forma de no desligarnos de la tradición ni de la parte más emotiva del espacio que queramos decorar.
Elementos antiguos, como cuadros o espejos, recuperan el lugar que merecen para demostrar cómo el pasado y el presente pueden convivir de forma armoniosa en cualquier interiorismo actual.
Zonas de recepción, salas de espera o las habitaciones de un encantador hotel rural pueden convertirse en estampas poéticas, en interiores acogedores donde una antigüedad vuelve a tener la oportunidad de cobrar vida ocupando un lugar… su lugar.