Sakro. Una pizzería con una decoración única y un secreto bien guardado.

Hoy en día, ir al restaurante se ha convertido en una búsqueda constante de novedades. El comensal, ávido de experiencias, quiere nuevas sensaciones tanto a nivel gastronómico como emocional.

En relación con esta tendencia, los hosteleros necesitan un buen concepto inicial para ofrecer algo diferente, alejarse de la competencia y captar todas las miradas. Y, en Francisco Segarra, somos expertos haciendo posibles proyectos así, singulares y sumamente atractivos.

Nuestro último hallazgo se encuentra en plena capital y está dispuesto a revolucionar por completo la decoración de pizzerías que todos conocemos. Diseñado con el mobiliario de nuestro catálogo, Sakro se presenta con una personalidad única y con un misterio que explora los límites de la creatividad.

Comer y disfrutar es algo sagrado…

El propio nombre del restaurante constituye el hilo conductor de todo el concepto. Sakro es un derivado del latín que significa en realidad “sagrado”. Una inspiración un tanto enigmática que busca en conectar con nuestra espiritualidad a través de una experiencia totalmente distinta.

Comer bien es sagrado; vivir momentos únicos con los demás también… En un ambiente de lo más cálido, Sakro abre sus puertas al placer culinario con una carta que resalta el carácter más tradicional de la gastronomía italiana.

Hornos romanos, ingredientes 100% italianos, técnicas artesanales… Una pizzería que nos hace redescubrir los sabores más auténticos gracias a la elaboración de pizzas rectangulares cocidas al puro estilo romano.

Situado en el corazón del barrio de Malasaña, el restaurante huye de la decoración de pizzerías convencionales. Su carta es un poco como un viaje a Roma, pero su interiorismo, es una verdadera invitación al bienestar personal y a momentos de conexión exclusivos.

Íntima y equilibrada… Así es la experiencia Sakro.

El interiorismo busca representar el nombre y la esencia del proyecto en cada momento. Desde el mismo umbral de la puerta, el estilo japandí acapara cada rincón de un local donde nada está puesto al azar y todo tiene su razón de ser.

Las paredes son las primeras en puntuar el ambiente. Desconchadas y puramente imperfectas, juegan con los tonos grises et beige contrastando a la perfección con el suelo de cemento alisado.

La barra circular, también realizada a base de cemento, impone su presencia con mucha naturalidad. Humilde y generosa a la vez, se deja sutilmente acompañar por los muebles y la iluminación que, juntos, logran aportar ese equilibrio espiritual tan codiciado.

Taburetes altos, mesas y sillas de madera natural, lámparas elegantes… El mobiliario wabi-sabi de Francisco Segarra resalta la humildad de la naturaleza y, la iluminación tenue e indirecta, sumerge el local en un clima hogareño, muy íntimo y acogedor.

Un lugar especial y maravillosamente misterioso…

Al llegar la noche, la pizzería explora más si cabe sus limites y revela su cara más enigmática. En un subsuelo oculto al cual sólo se puede acceder con contraseña o reserva, se dibuja un nuevo universo, más sobrio y varonil, pero igual de creativo.

Al puro estilo “speakeasy” y en un ambiente muy rockero, La Analógica se convierte en el mayor punto de encuentro para degustar unos cócteles de autor y escuchar los vinilos que van sonando en el tocadiscos.

Un espacio oscuro y elegante que reivindica su clandestinidad a través de las maderas envejecidas, los sillones de cuero y de la luz tenebrosa. Todo muy analógico, muy insólito… pero sumamente sugestivo y cautivante.

Sakro es la prueba de que todos los conceptos idealizados para la creación de un restaurante pueden hacerse realidad. Con el mobiliario de Francisco Segarra, esta decoración de pizzería no hace más que acentuar nuestras ganas de probar una experiencia totalmente innovadora.


Proyecto de pizzería: Sakro. La Analógica.
Diseño de interiores: Andreina Constantino.
Mobiliario decoración de pizzerías: Piezas del catálogo de Francisco Segarra: Taburetes Sandaka y Nordwich. Sillas Nicoletta y Pantic. Sillones Arnal. Lámpara Felicity.


La Analógica…