Marimer, pasión y respeto en un proyecto de diseño 100%FS.

Con la pasión de hacer resurgir un símbolo del barrio de Campamento, en Madrid; con el respeto por aquellos que dieron vida a un negocio familiar que supo llegar al corazón de sus clientes; y con el cariño que merece una pastelería tradicional y artesana que hace sus panes y sus dulces con mimo y dedicación…  

Sólo así ha sido posible el renacimiento de Marimer, una pastelería castiza que volvió a subir sus persianas despertando nuevas esperanzas, fomentando los pequeños negocios locales y confiando en un proyecto de rehabilitación e interiorismo 100%FS. 

Marimer es un pequeño establecimiento esquinero en uno de los siete barrios del distrito de La Latina de Madrid. Un negocio local que sirve al barrio desde 1975 y que afronta una nueva etapa contando con la experiencia y el talento de una marca líder en mobiliario y decoración para el diseño integral de su interiorismo.  

Un espacio que vuelve a latir. 

Con el alma en el lugar que le vio crecer y con el carácter optimista que le caracteriza, Iván Sevillano, más conocido como Huecco, y su pareja Laura Jiménez decidieron apostar por esta pastelería cafetería que había dejado de latir. 

Marimer fue fundado hace 45 años por doña Victoria y don Ángel, un matrimonio que supo ganarse a una clientela que poco a poco les fue demostrando su fidelidad. Sus hijas lo siguieron gestionando, convirtiéndolo en un popular punto de encuentro donde endulzarnos el paladar. En plena pandemia esta recoleta cafetería cerró sus puertas dejando desolado al barrio que lo disfrutó durante casi medio siglo. 

Los establecimientos tradicionales forman parte de la crónica de una ciudad, y Sevillano supo que debía rescatar este encantador local. 

Confiando en el equipo de Francisco Segarra y con la premisa de preservar la esencia de sus fundadores, el espacio inició su cambio hacia un diseño que se mueve entre lo provenzal y lo industrial con influencias de las típicas pastelerías francesas. Un interiorismo que está a la altura de su producto gourmet.

Marimer, una historia que llega hasta nuestros días. 

Un lugar donde los panes, los pasteles y los postres se elaboran uno a uno de forma artesanal merecía un diseño de interiores pensado única y exclusivamente para él. El equipo de Francisco Segarra quiso dar protagonismo a la historia que había detrás en esta nueva versión de Marimer. 

Con una clara declaración de intenciones, el rótulo de la entrada, grabado en madera imitando el efecto del quemado típico de los hornos de leña, nos sumerge en un ambiente acogedor, que armoniza lo más tradicional con toques rompedores. 

El equipo de interioristas realizó una adaptación del logo de la empresa, y siguiendo la premisa inicial de conservar retazos de su maravillosa historia, se mantuvo la M original que se ideó en sus inicios. 

El escaparate se convierte en su mejor tarjeta de presentación, una antigua báscula con panes artesanos expuestos se acompaña de cestos de ratán y un puñado de trigo natural. Su mejor forma de rendir homenaje a sus raíces y de conquistar nuestro apetito… 

Un interiorismo que conserva la esencia de sus raíces. 

El nuevo espacio consiguió crear amplitud visual y delimitar las diferentes áreas mediante la combinación en los revestimientos y pavimentos de estética vintage. 

El mobiliario se incorpora dando ese matiz rompedor, pero conservando la esencia más tradicional a través sus materiales. Mesas de maderas recuperadas o envejecidas, sillas tapizadas en piel, yute o ratán, metales oscuros o con efecto óxido… 

Con el fin de aportar cierta versatilidad al local, se optó por el uso de modelos plegables en mesas y sillas, que no pierden ni un ápice de su elegancia y comodidad. 

De igual forma, la iluminación del local se acomoda en este interiorismo dejando asomar sus rasgos industriales entre la calidez de la madera. El uso de apliques de pared suele ofrecer una luz más difuminada creando un ambiente más acogedor. 

Un interiorismo que tiene sus cimientos en la bonita historia del local no podía prescindir de aquellos que le dieron vida. Haciendo un guiño a la gente del barrio, que hizo de él un emblema, y como homenaje a los primeros fundadores de Marimer, don Ángel y doña Victoria, el artista Tato Repetto realizó un grafiti que representa a los antiguos propietarios. Una obra que se compone de sueños pasados y de aquellos que están por venir. 

La renovada versión de Marimer contiene la pasión, el respeto y el cariño con el que se inició el proyecto de diseño. Y entre esa fuente de emociones auténticas, encontramos el talento y la capacidad de hacerlo real del equipo de interioristas de Francisco Segarra. 


Proyecto de diseño pastelería-cafetería: Marimer
Diseño de pastelería-cafetería: Francisco Segarra.
Mobiliario para pastelería-cafetería: piezas del catálogo de Francisco Segarra. Sillas TeshBent, Leo y Vince. Mesas Totem, Aries, Axel y Elva Art. 
Iluminación para pastelería-cafetería: apliques Castro y lámparas Gael de Francisco Segarra.
Suelo para pastelería-cafetería: FS YARD de la colección FS byPeronda. 
Ilustración/grafiti: Tato Repetto.