Lámparas estilo nórdico Ayala. Un viaje por los sentidos.
Existe una arquitectura con una lectura humana, serena, pura, donde los espacios son imaginados, dibujados y construidos con el único objetivo de ser disfrutados en plenitud.
El diseño nórdico con su lenguaje inocente, poético y emocional ejemplifica el poder del gran diseño para fortalecer y reparar.
Bajo la promesa de bienestar recrea espacios que invitan a desconectar, a dejarse llevar, a hacer uso de la autocontemplación para sentirse mejor y disfrutar de una mayor calidad de vida.
Un estilo donde la forma y el contexto tienen un código único, singular y propio que se caracteriza por la línea, el material, el color y la luz.
La arquitectura nórdica es funcional, atractiva, minimalista, sensata con la naturaleza, los recursos y las tradiciones de los países nórdicos. Volviendo a lo básico añade belleza a un ambiente acogedor, henchido de armonía, serenidad y con efectos positivos para la salud.
Para entender el diseño en la cultura nórdica hay que reflexionar sobre su característica luz. La luz matinal sobre la hierba verde, la sombra densa de los árboles colosales que alcanzan maneras majestuosas y sublimes, la bruma que ofusca la transparencia del aire o esa pequeña centella de la que nace la llama de la hoguera.
Escenas de delicada belleza que nos sumergen en un estado interior de ensoñación, asombro o poesía para el goce de los sentidos. Difícil capturar con palabras las sensaciones que nos aporta la belleza sutil y efímera de los contrastes entre la luz y la sombra.