Feel Wabi Sabi… Felicidad gastronómica.
Talento. Tradición. Costumbres. Arte. Cultura. La cocina es el lienzo de los sabores, los suspiros, la alquimia, la memoria…
En las mesas de muchos buenos restaurantes repartidos por el mundo, nuestros diseños se maridan con recetas profundamente elaboradas y deliciosas.
Los negocios de restauración deben dar la importancia que merece al diseño. Los espacios han de transmitir lo que somos y lo que hacemos. Todos los elementos suman y restan.
La experiencia gastronómica sólo es completa cuando el diseño del restaurante está a la altura de la creatividad desbordante de los chefs y sus increíbles ganas de explorar nuevas ideas cada día.
Experimentar, innovar, aprender, rectificar, crear y emocionar. Obtener los mejores ingredientes y mezclarlos en la medida y proporción exacta.
Si se quiere conseguir algo espectacular, hay que dar libertad al cocinero, y a la vez, al diseñador, para que puedan explayarse y dejar que las ideas fluyan. Solo así se consiguen recetas sabrosas y efectistas, y restaurantes rabiosamente bellos.
La filosofía oriental defiende que cuando se nutre el cuerpo, se nutre el espíritu. Comer es uno de los grandes placeres de la vida. La armonía, la tranquilidad y la comodidad incrementan los sabores que embriagan nuestro paladar, la felicidad gastronómica se consigue con estímulos sensoriales que van más allá de los sabores, los olores y los colores de los alimentos.
El verdadero placer es aquel que se saborea antes de ser disfrutado. Esperando. Anhelando el momento, convirtiéndolo en una experiencia en sí misma.