The Whisk Café, un proyecto de estética industrial y sabores caseros.

Guiados por lluz cautivadora e intensa que refleja el río Tajo, viajamos hasta Lisboa, ciudad bañada por el curso de sus aguas y asomada al inmenso Atlántico. Es esa luz blanquecina e intensa la que nos lleva hasta la Rua do Sol ao Rato para dejarnos sorprender por un local que hace gala a su propio nombre, y dejarnos deslumbrar por un interiorismo que representa la suma de experiencias y viajes de sus dueñosThe Whisk Café. 

Catarina y Ricardo tenían claro que la esencia de su espacio debía ser una amalgama de sus vivencias familiares, acumuladas en sus periplos fuera de Portugal. También tenían claro que el espíritu vintage e industrial de Francisco Segarra debía ser parte del proyecto. 

Un interiorismo que sacude nuestro corazón. 

Lisboa es una mezcla de lo tradicional y lo moderno, una sensación de autenticidad que hace que se sienta distinta. En sus miradores, en sus atardeceres, en sus rincones de ensueño, es única en cada detalle. La ciudad de las siete colinas posee un aire decadente que nos enamorauna sensación de que el tiempo no ha pasado por ella. 

En una de las zonas más centrales de esta capital europea descubrimos The Whisk Café, una cafetería inspirada en el entorno cosmopolita e industrial de la ciudad.  

No es casualidad que eligieran esa palabra para ser el nombre de su emprendimiento.  Su predilección por las recetas caseras y por su elaboración tradicional les convenció en su acertada elección. “Whisk”, que significa batidor en portugués, rinde homenaje a esas técnicas manuales que perviven en la cocina y que ellos reavivan entre los fogones de la suya. 

La vena ecléctica de Francisco Segarra y su idea de crear espacios diferentes pero creíbles, fue el punto de partida de un interiorismo que se proyectó tras la visita de Catarina y Ricardo a nuestras instalaciones. 

El restaurante nos recibe con piezas que alimentan ese espíritu vintage e industrial que sacude nuestro corazón haciendo brotar sentimientos que aún perduran entre nosotros. 

Piel, madera, hierro… Las mesas, sillas y taburetes se incorporan en diferentes materiales, formas y diseños, convirtiéndose en elementos decorativos de este interiorismo de aspecto fabril, que no es contrario al ambiente acogedor y lleno de recursos que se crea.  

Un carro expositor de estilo industrial revela parte de una generosa carta de postres. La representación de las dos ideas originales de este magnífico proyecto: recetas caseras y la creatividad intrínseca de Francisco Segarra. La mejor forma de reforzar una estética atrevida donde abundan los detalles enriqueciendo aún más si cabe tan admirable diseño. 

FS Star Ara, un haz luminoso que nos une. 

La luz de Lisboa es uno de los principales iconos inmateriales que ha inspirado tanto en el cine como en la literatura, un símbolo que sigue seduciendo a turistas y a lugareños. La importancia que se le da al Sol se ve reflejada en el nombre de algunas de sus calles, que como la Rua do Sol ao Rato aún muestran cómo esta estrella sirvió como geo-referencia para la ciudad. 

Esa radiante luminosidad también se extiende en The Whisk Café a través de un suelo que provoca destellos a su paso. Un manto salpicado de estrellas que alude a la luz de la conocida ciudad blanca, un pavimento que apela a la nostalgia de tiempos pasados, un diseño que acerca la impronta de Francisco Segarra. 

Un rayo de ese haz luminoso y una pasión compartida nos une con ese lugar de Lisboa donde aún puedes vivir experiencias genuinas. Te invitamos a descubrir este maravilloso proyecto con las fotografías de Diana Schinkoreit, una muestra de cómo las imágenes pueden transmitirnos tanto desde la distancia.


Proyecto de estética industrial: The Whisk Café.
Muebles para proyecto de estética industrial:Piezas del catálogo de Francisco Segarra. Carro expositor Pan Asia Verde, campañera Alfred, taburetes Broker, Fiona y Scala, sillas Fiona, Brighton, Elvira y York.
Suelo para proyecto de estética industrial: FS Star Ara de la colección FS by Peronda de Francisco Segarra.
Fotografía: Diana Schinkoreit Photography.