CARNIco. El proyecto de Francisco Segarra para La Finca, que te dejará de una pieza

Carnívoros de cualquier clase, en busca de un producto honesto y de máxima calidad; afines al termino turnedó o pidiendo cuarta y mitad se dan cita en el nuevo CARNIco. Un proyecto exclusivo de Francisco Segarra para La Finca de Jiménez Barbero que te dejará de una pieza.

Proyecto exclusivo de Francisco Segarra para La Finca de Jiménez Barbero. CARNIco.

CARNIco parte de la dualidad hueso-piel, contemplada desde la perspectiva del arte contemporáneo, fusionando el esquema clásico de carnicería de antaño con una instalación artística y un alma de boutique francesa.

Es un concepto “arty”, y sobretodo ecléctico.

Se articula mediante una deconstrucción del sistema musculo-esquelético. Diversos motivos añejos; como columnas neoclásicas, que se disponen en torno al mostrador y actúan como huesos que  sostienen la pétrea estructura  a modo de musculatura, envueltos a la vez por una piel cerámica que resalta los tonos rojos del producto.

Francisco Segarra desarrolla una ópera canalla y desafiante perfectamente armonizada. La carne como obra artística, como tema principal, como pieza de culto y como objeto de deseo. Profundiza en el lado obsceno de la carne, incita al carnívoro y provoca al espectador.

La principal idea fue trasmitir el concepto de carne recién transportada desde la Finca de Jiménez Barbero  hasta el propio mostrador.  Del camión frigorífico hacia las cámaras de congelado,  tratada por manos delicadas y expertas durante todo el proceso.

El proyecto se articula en 3 ejes distribuidos longitudinalmente: el escaparate, la barra dispensadora y la zona de despiece.

La zona del escaparate pretende mostrar el producto como una propia escultura; la iluminación descubre volúmenes desgarradores e infinidad de fibras blancas.

El mostrador se presenta como una pieza escultórica y señorial en matices de negro de finos acabados envuelto por un suelo damado en blanco y negro.

La zona de despiece está abordada desde la perspectiva de una instalación artística. está flanqueada por una máquina dispensadora de vending en tonos latón, donde se juega con el concepto del consumo de carne como elemento cotidiano y a la vez se almacena la carne.

Pieles cerámicas y chapas envejecidas  envuelven el conjunto.

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