En Francisco Segarra activamos el modo navideño con una sutil decoración…

El calendario sigue imparable su viaje hacia un destino que siempre genera ilusión. La Navidad ya se siente en las ciudades, en las calles y en la gente; y nosotros le volvemos a abrir nuestras puertas a través de un editorial que activa nuestro “modo navideño”.

La Navidad es un concepto que puede abarcar cosas diferentes en sociedades diferentes, incluso en familias distintas, pero lo que es indudable es que este periodo del año siempre llega con una gran carga emocional y eso influye en el diseño y la decoración de nuestros espacios.

Las calles se llenan de luces, los escaparates de las tiendas renuevan su atrezo y los restaurantes adaptan sus salas para ofrecer los mejores servicios en un ambiente festivo.

Hoy te deseamos que se cumplan tus mejores proyectos y una vez más te invitamos a descubrir cómo con sólo unos pequeños detalles puedes hacer que la magia de estos días envuelva tu actual interiorismo.

Detalles que intensifican el espíritu navideño.

Lo cierto es que el deseo más extendido en todo el mundo es pasar estas fechas con nuestros seres más queridos, y eso es algo que nos gusta exteriorizar de alguna manera.

Calles y barrios enteros crean un universo de luces y adornos. Hoteles, tiendas, restaurantes, casas… todos se unen a ese clamor por la felicidad que inunda el ambiente.

Y es precisamente ahí, en el ambiente, donde el diseño y la decoración tienen mucho que ver…

En un pequeño rincón de nuestras instalaciones hemos querido reunir algunos de esos detalles que a todos nos remueven el espíritu navideño.

Un aparador deja espacio para la calidez de una vela que ilumina nuestra esperanza. La luz tenue y delicada de unas lámparas de mesa sigue luciendo ahora tanto como el resto del año. Es quizás la típica corona de adviento la que nos envuelve con su fuerte simbolismo.

Junto al pequeño aparador, un sillón de piel… La textura, el color, la comodidad, todo encaja para este especial momento.

Antigüedades que conservan recuerdos e historias.

La nostalgia está presente también en Navidad, y es una de las sensaciones que hemos querido transmitir a través de nuestra decoración.

Las antigüedades están llenas de pasado, pero asoman en nuestro presente para traer recuerdos e historias. Una mesa antigua, con sus imperfecciones y su belleza atemporal aporta un toque genuino. Una puerta recuperada se abre una vez más con el fin de reunir distintas generaciones.

Entre flores y guirnaldas cualquier comida o cena será doblemente disfrutada.

Un nuevo ciclo navideño nos espera y nosotros os animamos a sacar del anonimato esos pequeños detalles que, con sus peculiaridades, pueden hacer que nuestra decoración cobre un encanto especial.