Capturando la belleza inigualable de un paisaje otoñal.

Y como cada año llega el otoño, tranquilo, suave, meciendo las ramas de los árboles, que poco a poco se despojarán de sus follajes y crearán un bello tapiz de hojas secas… Y como cada año nos invade cierta nostalgia que hace renacer las musas en las mentes más creativas. 

El otoño es una estación inspiradora. Un viaje de colores, sensaciones y sentimientos que despiertan las más bellas ideas de interiorismo y decoración. 

Capturando la belleza inigualable de un paisaje otoñalFrancisco Segarra nos descubre en una nueva composición inspiracional la infinita gama de colores que despliega todos sus encantos en esta época de transición. 

Un tiempo para la reflexión y la contemplación de los más bellos paisajes. 

Cuando la luz del día empieza a perder fuerza, la luna va ganando la batalla al sol y una sutil sensación de aire frío se va apoderando lentamente de nuestra piel, nuestros ojos se alimentan de las innumerables tonalidades que pintan un óleo impresionista de árboles que preparan el camino hacia su apacible desnudez. 

En otoño todo se vuelve más pausado, surgen algunos recuerdos guardados en nuestro interior y nos volvemos a reencontrar con nuestro ciclo natural. 

Un recogimiento que nos invita a la reflexión, al desapego y a la madurez. Una renovación necesaria para afrontar ese nuevo renacer que nos regalará la naturaleza con su generosa actitud. 

Los particulares pigmentos que tiñen la naturaleza de un plácido misticismo se convierten en una auténtica fuente de inspiración en ese viaje creativo que nos deleita con grandes ideas de interiorismo y decoración.

Un paisaje de nostalgia creativa. 

Una luz dorada, que poco a poco vence su primera timidez, va penetrando en cada rincón, dibujando los contornos y acariciando las superficies. Una luz especial que llena de calidez nuestros espacios y nos acompaña en esta peregrinación. 

El otoño tiene una luminosidad única. Una fuerza que desenmascara los amarillos, ocres y naranjas que se abren paso a merced del intenso verde que se silencia sabiendo que volverá a brillar. 

El otoño se deja ver en el marrón anaranjado de las hojas secas que no se estremecen con el suave viento y la fina lluvia de un cielo azul cristalino. Innumerables tonos castaños y cenicientos integran la armonía de un paisaje que se consuma con el rojo de algunos frutos que ponen lumbre en nuestra esperanza. 

Una invitación a todos aquellos decoradores, diseñadores e interioristas que buscan contemplar todo lo que nos regala la estación de la madurez en una representación inspiracional que aúna pasado y progreso. FS PORTO FÁTIMA. Un diseño cerámico que capta un hermoso atardecer otoñal en el corazón de Oporto. 

Dejemos que cada matiz inunde nuestros sentidos y nuestros espacios, dejemos que nos guíe en este viaje de nostalgia creativa.