La decoración con luz más cálida de todo el verano.

Son las más cortas del año, pero también las más mágicas. Arropadas por el brillo de las estrellas y la luz de la luna, las noches de verano tienen algo especial. A veces tropicales, otras tórridas, pero siempre tan ligeras y espléndidas.

Noches livianas, íntimas y transparentes… En cada atardecer, nos brindan momentos de pura pasión. Y, en su oscuridad más profunda, nos ofrecen nuevos matices y sensaciones.
Es en ese particular encanto que encontramos el escenario perfecto para abordar nuevas ideas de iluminación que no harán más que acentuar su belleza. Un simple toque bastará, suave y tan delicado.

La luz es la chispa de la vida y el alma de la noche. Este verano, enciende tu creatividad con unos portavelas de decoración más elegantes que nunca.

Decorando la noche…

En agosto, el sol, potente y generoso, se resiste a marcharse y deja en su camino un precioso paisaje. Poco a poco, los tonos rojizos del atardecer dejan paso a un nuevo entorno. Y, mientras los primeros astros irrumpen sutilmente, un ambiente muy especial empieza a dibujarse.

Un cóctel en el chiringuito de la playa. Una cena romántica en la terraza de la ciudad. Un momento de paz en una hamaca, junto a la piscina del hotel. La noche llega y con ella, las ganas de disfrutar de su grandiosidad, como si no hubiera mañana.

¿Qué más puede faltar? Inspiradoras y motivadoras por sí solas, las noches estivales llevan dentro una enorme carga estética que hay que saber potenciar. Quizás el simple hecho de prender una luz, tenue y vaporosa, podría agrandar su esplendor…

Espacios outdoor con luz propia.

Desde las primeras horas del atardecer, la iluminación exterior de tu local destaca entre las tímidas sombras y consigue atrapar las miradas resaltando el ambiente con pureza y elegancia. A la luz de las velas, empieza el sueño de una cálida noche de verano.

Iluminar, pero sobre todo decorar… Los espacios outdoor alivian los días de calor y prolongan el encanto veraniego hasta altas horas de la noche. Paisajes urbanos, marítimos o rurales que brillan por sus haces de luz que se entrecruzan y por el aroma inconfundible de sus velas que arden.

Con la frescura que tanto les caracteriza, los materiales naturales se unen a ese momento mágico. Orgánico, duradero y resistente… El toque más exótico del bambú para entrar ipso facto en conexión con la naturaleza.

En medio de la noche, el resplandor de un portavelas…

Simbolizan la pureza interior y promueven la claridad espiritual. También nos ayudan a deshacernos de toda energía negativa. Portadoras de una preciosa luz que parece eterna, las velas constituyen una excelente alternativa para decorar un espacio al aire libre.

En los mejores momentos del ocio nocturno, ellas nos otorgan toda la calma que necesitamos. Cenando, charlando, bailando… En cualquier ocasión, podríamos pasar horas viendo cómo danzan sus llamas y sintiendo su interminable fragancia.

Terrazas de restaurante, patios de hotel, jardines residenciales… La luz ligera e indirecta de un precioso portavelas ilumina con fuerza los exteriores más especiales del verano otorgándoles intimidad, confort y una elegancia absoluta.

Shira, Eriste, IrazuFrancisco Segarra enciende tu creatividad con una colección de portavelas en bambú especialmente pensada para las noches más cálidas del verano…