La clave de tu proyecto de iluminación de la mano de Francisco Segarra.

La luz es un componente que da ritmo a la vida humana. De día como de noche, nos ofrece toda la energía que necesitamos e influye directamente sobre nuestros estados físicos y psíquicos.

Un elemento primordial en un mundo donde la mayoría de nuestras actividades diarias son visuales. La luz es fuente de seguridad, confort y bienestar. Además de su papel puramente funcional, es un factor estético de lo más interesante para el diseño de un espacio.

¿Qué sería del interiorismo sin la luz? Juntos, repasemos las grandes líneas de un proyecto de iluminación con las propuestas decorativas más alumbrantes del momento.

Diseñando un universo lleno de luz…

¡Es un hecho! ¡La luz natural es una bendición! En un interior, los rayos de sol son puras vitaminas. Grandes ventanales, puertas, techos… De alguna manera, hay que dejar entrar todo ese resplandor para que el espacio respire y cobre vida.

Pero, en interiorismo, al igual que los materiales, los revestimientos, los muebles o los complementos, la luz artificial cobra un papel fundamental para poder crear un ambiente y darle coherencia a todo el conjunto decorativo.

Realzar y esculpir sombras y colores. Reproducir un intenso juego visual. Crear impresiones y transmitir un sinfín de sensaciones. En un proyecto de iluminación comercial, es todo un universo que se dibuja. Y, ¡las posibilidades son tantas! Echemos un vistazo…

Zoom sobre los diferentes tipos de iluminación interior…

Ante todo, en interiorismo, la luz requiere de un amplio estudio previo. La iluminación técnica aparece primero, focalizándose en aportar mayor luz a los puntos más llamativos y consolidando las bases de todo nuestro proyecto.

A través de lámparas de techo, buscaremos en dar protagonismo a todas aquellas zonas que requieren visibilidad siempre pensando en aportar la mayor funcionalidad al espacio y darle toda la coherencia posible al concepto inicial.

Con la iluminación indirecta, conseguiremos realzar pequeños detalles y afinar más si cabe el ambiente. Un alumbrado que cuida del espacio y que toma en cuenta todos los elementos que le ocupan.

Densa, tenue, retroiluminada… Proyectar la luz desde los rincones menos pensados y crear una perspectiva visual mucho más agradable y acogedora.

Más allá del simple hecho de iluminar un espacio, la luz también tiene un gran valor decorativo que hay que saber explotar en cualquier proyecto profesional. La iluminación decorativa es el toque final, el último embellecimiento y la mayor fuente de distinción de todo el proyecto.

Una preciosa lámpara de mesa en fibras naturales se convierte en el foco más sutil y delicado para conseguir el punto más cálido y generoso de toda la decoración.

Un interior sin luz es un interior vacío, frígido y sin alma. Siente toda su fuerza, juega con ella y consigue un proyecto de iluminación asombroso. En Francisco Segarra, te acompañamos en todas tus ideas y te ayudamos a que brilles con luz propia.