Cuando algo termina, algo empieza. Pizzart: antes y después.

De los escombros surgen las grandes ideas para volver a empezar. Y cada proyecto es una propuesta diferente que nos confirma que hay camino mucho más allá de lo convencional.

Aventurero, inconformista y trabajador incansable. El estilo personal de Francisco Segarra y su lucha contra algunos esquemas existentes laten en cada una de nuestras creaciones. Espacios fascinantes que muestran su esfuerzo por alcanzar la autenticidad en su vida y en sus diseños.

Imaginar, crear, disfrutar.

Su carácter indómito inspira nuestra manera de entender el interiorismo. Apreciar su talento, comprender su mundo, conectar con su filosofía creativa… María Barrero es una colaboradora excepcional en Francisco Segarra. Ver como experimenta una ilusión auténtica y vive cada proyecto intensamente es algo realmente mágico.

Compartimos la pasión por la decoración vintage y la fascinación por los escenarios industriales. También, la creencia de que los espacios son lugares donde suceden cosas, donde se disfruta y donde nos dejamos envolver por el ambiente para vivir una experiencia hedonista y sensorial.

Para poder seguir a veces hay que empezar de nuevo. Pizzart: antes y después.

Las emociones y las ideas no solo se manifiestan a través de la cocina, sino también mediante el espacio y el tratamiento.

Partir de un traspaso con un local decorado según el estilo de una prestigiosa cadena de pinchos y tapas era todo un reto.

Crear un nuevo concepto de pizzería que se alejase de las pizzerías fast food convencionales fue un verdadero desafío.

Donde empieza la historia… Muchos tipos de locales y una única forma de hacer interiorismo.

Algunos locales en bruto cuentan con elementos ornamentales o estructurales que favorecen un diseño increíble, otros son una historia bien distinta. Realizar una reforma parcial sobre un negocio de restauración anterior no es viable cuando se tienen ideas relevantes e inéditas en diseño, aunque empezar de cero tampoco sea posible en un local donde ya existen elementos condicionantes en el espacio.

La vida es cambio, cuando algo termina, algo empieza, de los sueños que se desvanecen a las miradas hacia adelante con ilusión, esta renovación es la necesidad vital de hacer lo que a uno le gusta, crear espacios ajenos a lo conocido, diseñados sin ataduras, como un nuevo dogma.

Antes y después, nuestro cambio más increíble.

Ese aire decadente y vivido, atributo de nuestros proyectos más genuinos, es la esencia del concepto de Pizzart. Un espacio lleno de vida, de memorias, de historias, con una inmensa carga sensorial y un gozo estético inefable.

Las puertas de los edificios abandonados son verdaderamente tentadoras para los artistas urbanos, puertas y ventanales habían sucumbido a los grafitis ilegales. La fachada es nuestra carta de presentación y una primera impresión. Para añadir valor estético acorde al concepto general del local, se optó por desgastar la cerrajería y colocar en la puerta principal un gran tirador de aspecto industrial. Para privatizar los ventanales se colocaron vinilos en opaco a media altura y se enmarcaron las ventanas con toldos en tono verde musgo devolviendo una imagen de elegancia y sutileza a la fachada.

En el interior, llevó bastante tiempo pelar las paredes y desgastarlas hasta lograr el acabado deseado, ya que era uno de los puntos fuertes de la reforma. En la planta de abajo donde no se disponía de este tipo de paredes hubo que dar un aspecto viejo a diferentes zonas con manos de cemento, pintura y azulejos deteriorados.

Se priorizó la utilización de materiales nobles, robustos como el hierro y prácticos como el cerámico, sin ningún miedo a mostrar sus nudos, patinas, y veladuras, con el objetivo de llevar el concepto a su máxima expresión.

I love you but… don’t touch my pizza. María adora los neones, un guiño melancólico al pasado y a la fascinación que nos produce su contemplación. PIZZART, es el arte de la auténtica pizza artesanal. Probablemente el local más bonito de Madrid y la mejor pizza, crujiente y esponja, el tomate sabe a tomate y los ingredientes los pones tú… no desearás compartirla con nadie más.

La barra es uno de los lugares más acogedores para degustar y disfrutar de su preparación. El encanto de los elementos de época cobra protagonismo y favorece un diseño ciertamente bello, la iluminación indirecta de la antigua balconada hace que flote visualmente.

Las bombillas incandescentes y los tubos fluorescentes inundan el local de magia con esa cálida luz de color cobre que mitiga el brutalismo de los paramentos.

Cuando algo termina, algo empieza, algo queda. Si amas los objetos vintage es inevitable desear redimir algún elemento, salvar algo del antiguo local, los azulejos de la escalera han sido conservados, pero concediéndoles el aspecto que se precisaba para unificarlo con el resto de la decoración.

El toque canalla impregna el salón privado. El sabor de un italiano de antaño, concebido como el comedor de una casa, donde el cuero vivido de un extraordinario sofá envuelve una gran mesa de tertulias. Una atmósfera íntima y misteriosa.

Algunos locales son un tesoro en bruto y albergan auténticas maravillas que ningún buen interiorista pasaría por alto. Otros requieren conocimiento, experiencia, talento y mucho amor por lo que se hace para lograr un cambio tan increíble. Hay muchos tipos de locales, nosotros conocemos una única forma de hacer interiorismo.